viernes, 29 de abril de 2016

LUCES DE MIEL

Confiesan que están nerviosos. Muy nerviosos. Hace mucho que no tienen un concierto tan especial.
Se lo cuentan a ellos que los miran con ojos cansados.Cuerpos desmadejados,demasiados pequeños para batallas tan grandes.
Olaya y Alejandro les hablan, les cuentan y les cantan. Les entregan sus ganas, su sonrisa, su vitalidad, su pasión por la música, sus voces inmensas sobre la cálida piel de una hermosa guitarra.

Y los ojitos cansados no se cansan de saborearlos, algo más abiertos cuando la voz de Olaya estalla contra las paredes de esas salas y ese pasillo.

Alejandro y Olaya les buscan en músicas que pueden reconocer (Adele, Cristina Aguilera) pero quieren encontrarlos en sus propias vivencias y así, se las regalan con el mismo amor con el que las han compuesto. Amor al amor (miel), amor a una hermana (luces), amor a las mujeres luchadoras...amor a la música, a ese otro idioma que penetra y toca donde nada más puede hacerlo.

Y ellos, los ojos cansados, se despiden agradeciendo y alabando esas voces que tan maravillosamente bien hoy les han alejado de su propio cansancio durante una breve media hora. 

Enfrente, en la otra sala, el grupo los espera impaciente:" ayy, ya era hora, que estamos muy aburridos". Pues ya estamos aquí. Entre ojos menos cansados y cabellos encendidos de colores. Rojos, verdes... colores pintando la realidad como queriéndola cambiar. Quizá sea una forma de cambiar eso que no les gusta, de poner en su mundo ese color que no entienden por qué les falta. 

Olaya y Alejandro
vuelven a comunicarse con ellos explicándoles las ganas que tenían de estar ahí para llevarles todo eso que tienen para ellos. 
Una chiquita, apoyada en la mesa, los mira con los ojos muy abiertos como queriéndoselos llevar puestos en la retina. Esas maravillosas voces entrándole por los ojos y llevándola muy lejos. 
Alejandro les habla de amor y alguna se confiesa enamorada y yo no puedo evitar preguntarme por qué ese amor no le ha sido suficiente para poder contra lo que la puede. Por qué el amor no la salva de esa sonda nasogástrica que se ancla como un mal remedo de un piercing rebelde. Quizá hay fantasmas mucho más poderosos que el amor. Quizá es que el amor no lo puede todo.

Se nos echa el tiempo y el celador encima. Debemos irnos. Nos cuesta desperdirnos, como siempre, dejarlos allí. Nos queda el inútil consuelo de pensar que en esas paredes todavía resuenan las voces de estos maravillosos artistas que durante media hora les han hablado y cantado con el corazón.

Gracias, chicos. Hasta muy pronto






miércoles, 27 de abril de 2016

Luz

La vida no es fácil para casi nadie. Lo sabemos. Y sabemos que en esa lucha que supone salir adelante, estar sano, poder hacer tu vida normal, es ya un triunfo que a veces no valoramos lo suficiente. Ser parte de Música en Vena impide que lo olvidemos un solo día.

Aun así, la oscuridad a veces se instala en tu vida. Negro sobre negro, braceas para poder seguir adelante y sientes una gelatina oscura que te impide respirar. Respiras, vives; pero cuesta. Negro sobre negro.  Y en esa negritud aparece una persona, de repente, que se preocupa por ti y empieza a bañarte de claridad y de esperanza. Y te regala lo que no esperabas que te impulsa y te recuerda que la luz todavía es posible.

Y así, con sus palabras, me han llegado los besos de Margarita que desde su sillón de la Uvi, en la que lleva un mes, incansable,se los lanzaba a Marta, María y Ginés
 como si estuviera creando un lenguaje de besos para expresar tanta emoción y agradecimiento al sentirse unos minutos una "reina mora" anclada en su sillón como un hermoso trono.

O el mago de 93 años que con la música hoy, ha recuperado todo lo que él dio a los niños a quienes asombraba cuando iba a visitarlos también a los hospitales. La maga de la música haciendo magia en su corazón. 

O el corazón enfermo de una señora ingresada en cardiología que ha sentido que esa música le estaba curando más que los tratamientos y las medicinas. Ella, emocionada, así se lo ha dicho a ellos con el corazón, aliviado, en la mano.

Así me ha llegado todo esto que no he vivido pero sí he podido sentir. A través de las palabras de ese ángel de la guarda que hoy me ha sacado de la oscuridad. 
Me ha llegado, así,  esa corriente que se crea en los hospitales gracias a la música, gracias a MeV. Ese fluido en todas las direcciones que cura, asombra,emociona y hace la vida más vivible. No sólo la enfermedad. También la simple vida. Esa que a veces resulta insoportable y que necesita de todo lo que surge en esas salas para recordarle que no hay nada más hermoso y curativo que sentirse acompañado y acariciado en los mismos sentimientos. Aunque sean sentimientos preñados de miedo y de ausencias.

 La música meciendo tantas miserias y creando puentes de unión entre desconocidos que simplemente son seres humanos frágiles. Como lo somos todos. Mucho más en la enfermedad.
                                    Gracias, chicos.



Estoy absolutamente persuadida de que MeV está compuesto por muchos ángeles custodios.
 Hoy ha sido Rosa la que me ha custodiado a mí y ha dado lugar a esta entrada. Gracias, Rosa.





lunes, 18 de abril de 2016

En UVI y con JOTA

Instrumentos extraños:
Un laud, una flauta como una caña...
Como los ojos de los pacientes de siquiatría del Ramón y Cajal al vernos aparecer. Ojos extrañados como si no pudieran creer que alguien quisiera estar ahí donde  ellos tienen que estar. Nos acogen felices de llenar unos minutos de música y palabras. Y se suman a la improvisación y el "caos" que nos lleva desde música cantada en árabe a música celta pasando por una jotas de de Burgos que Marta y una paciente se arrancan a bailar y cierran con un abrazo agradecido y lleno de tantas cosas...
Todos se suman a ese revolutum en el que Wafir les explica,  y se sienten felices por un momento. "¿Cuándo volvéis?" "En un mes pero vosotras ya no estaréis aquí" "Esperemos que no" lo dicen sonriendo con tristeza. 

Las enfermedades mentales tienen un denominador común que las abraza cruelmente: son de una soledad estelar.
 Si recitando, jugando, cantando la Bamba al alimón con un guitarra que ha aparecido por allí repentinamente...se han sentido un poco menos solos habría sido suficiente. O tanto...

Se cierran tras nosotros las dos puertas que no pueden estar abiertas al mismo tiempo. Por su propia seguridad. Tras ellas se quedan sonriendo y agradecidos. Como nos vamos nosotros.

Cerramos así la visita, accidentada, a este hospital. 
Como se ve, Daniel
no ha podido tocar y a cambio nos ha traído la generosidad y voluntad de Wafir y Marta. 


Pasamos primero por la UVI, cargada de lucha en cada box. Entre el sonido del laud, de repente un silbido fino, nítido y delicado nos sorprende.

Es Dani que entablillado necesita aportar su granito de arena y nos lo silba y nos lo recita. Con una dulzura y un arte profundos. 





Quieren volver. Como todos los músicos que tocan en esas salas algo más que música.

Gracias, como siempre.


miércoles, 13 de abril de 2016

El sol y la sal

"Cómo me alegra haber bajado". Un señor mayor, arropando su pijama hospitalario con una manta, se siente tremendamente emocionado después de la actuación que hoy Música en Vena les ha acercado al auditorio del hospital. Su esposa nos confiesa que ha estado toda la hora recorrida por un escalofrío: "hasta ahora no he entrado en calor. Qué maravilla, qué maravilla"
EL sol y la sal de Cádiz les ha arrullado después de unos días muy duros, muy duros..."con lo mal que lo ha pasado".

Sólo por esto, sólo por ver los ojos de estas dos personas, agradecidos, enternecidos...ilusionados como niños al hacerse la foto con el músico que les ha regalado ese aluvión de vida; sólo por eso, digo, merece la pena MeV y todo el esfuerzo que conlleva.


Antonio se encumbra en su saxo como queriendo subirnos muy alto. Nos lleva flamenco en vena soplando por la boquilla de esos bellos instrumentos.
Antonio necesita comunicar. Y va del cante al saxo, apresurado, como que no llega. Necesita decirlo y tocarlo, todo al mismo tiempo. Cantarlo y hacerlo música, como si el saxofón lo llamara imperioso, con urgencia.  Epi y Adriano, impecables,  cosidos a él, lo acompañan puntada a puntada, en una comunión imposible. La percusión y la guitarra sosteniendo ese saxo, hilván a hilván, en su viaje personal y sublime.


En algún momento, Antonio, sube sus manos muy alto, como si le faltaran teclas para seguir subiendo. En un crecendo arriesgado y trepidante que resulta portentoso escoltado  por esa percusión tan poderosa  y la guitarra llena de matices y puntadas centelleantes. 
El sentimiento se les escapa por los dedos y acorralan a sus instrumentos como si tocaran en trance. Los tres el mismo trance.Trenzados por la misma pasión y el mismo lenguaje. 

Antonio necesita comunicar. Lo hace cantando y con sus saxofones pero también hablando con los que allí estamos. Nos cuenta, nos hace cómplices de la magia que vive cuando crea y de las emociones que le llevan a componer.Comparte con nosotros sus dolores y sus anhelos y nos confiesa que " a veces pienso que sólo me quedan fuerzas para cantar por alegrías". Y las regala. Las alegrías, los tanguillos...todo su arte. Para sumar fuerzas a las que, a veces, a todos nos abandonan, sobre todo en el dolor. Como a los pacientes que le escuchan en silencio y aplauden entusiasmados con sus fuerzas también mermadas pero más fuertes ahora que están menos solas.

Y nos lleva el sol y la sal del Palmar de Cádiz a nuestras butacas cuando nos hace emular el melodioso vaivén del mar como niños de excursión: ¡¡¡¡shisssss!!!!¡¡¡¡aaaaaaahhhh!!!!  ¡¡¡¡¡shiiiisssss!!!!! ¡¡¡¡aaaaaaaahhhhh!!!!! 

El sol y la sal del mar empujando en las butacas del auditorio y expulsando por un ratito a la tristeza y al sufrimiento que se han sentado en las primera filas reservadas para los pacientes. Algo más que música ¿no?

Cierran el concierto con un cumpleaños feliz al saxo, hermoso como nunca lo he escuchado. Una felicitación "para una mujer valiente, arriesgada y emprendedora". Para el alma y motor de Música en Vena que hoy cumple años y lo celebra con este maravilloso concierto rodeada de sus amores y dando vida a su sueño hecho realidad que tanto alivio y tantas emociones produce a los que lo disfrutamos. Felicidades, Virginia.

Otra vez la luz y el sentimiento de Cádiz en Música en Vena. Con músicos grandiosos que nos impresionan más por su calidad humana que por su música. Y eso es decir mucho. 
Gracias.
Hoy no ha podido venir una de nosotras que estaba también, paciente, recuperándose de un escalón más. Esas fuerzas que a veces menguan , también a  Antonio, también te las enviamos a ti, Inma. Con alegrías y mucho ánimo. 


miércoles, 6 de abril de 2016

Cicatrices que abrazan

Hoy he dejado abrazadas a dos mujeres.
Cuando me he ido ya no lo estaban y sin embargo las he dejado abrazadas.




Se reían las dos de su calva con pelucas desordenadas y gorras a lo garson que las hacían divertidas y hermosas. Una se reía del pelo que todavía no había perdido. La otra, del que ya había recuperado.


Se abrazaban el llanto que hablaba de su miedo y de su amor.


Dos hermosas mujeres mutiladas y tan enteras. 
Dos mujeres hermosas heridas y tan fuertes. 
Dos mujeres hermosas asustadas y tan valientes.
Dos hermosas mujeres sucumbidas y enhiestas como la dignidad.

He dejado a dos mujeres abrazadas y ahora ya, cada una en su casa, siguen abrazadas porque se tienen y se sostienen y se acompañan en ese camino que ambas recorren y en el que les gustaría no haberse encontrado.


Dos mujeres que se abrazan y abrazan sus cicatrices, su dolor y su fuerza.

Dos mujeres que se abrazan y me enseñan que la vida abrazadas es menos cicatriz y las cicatrices abrazadas son mucha más vida.

Y yo también me he sentido abrazada por esas hermosas cicatrices que  no asustan ni impresionan. Son las líneas de la vida que parten en dos  pechos desdibujados pero bellos como una bandera victoriosa.

Yo también me he sentido abrazada y abrazosa porque en ese abrazo he visto a todas las mujeres que se apoyan, que se cuidan y cultivan los únicos "activos" que nos van a salvar: los afectos, las emociones, compartirlos y fortalecerlos.

Gracias por dejarme compartir vuestra lucha y celebrar vuestra victoria. Abrazada yo también a la lección que hoy he recibido y a toda vuestra fortaleza. Gracias



 Ayer, viendo a esas dos hermosas mujeres abrazadas, me sentí afortunada de ser mujer. Me sentí muy orgullosa de todas las mujeres que abrazan, que cuidan, que alientan, que saben abrir su pena y su alegría, que saben acariciar cicatrices y reivindicarlas.Sin miedo. Mostrándolas con amor, y desestigmatizando lo que no es más que una piedra, muy dura, en el camino. Me sentí afortunada de saberme parte de ese grupo generoso y arrollador de mujeres que se quieren y se entregan.
He querido imaginar la misma escena con dos hombres y me ha resultado imposible. 



Hace años la palabra cáncer era un estigma. Nos ponía frente a un futuro incierto y sombrío. Hoy la palabra cáncer significa lucha (muy dura) y actitud. Y ganas de vivir y de compartir. Y descubrir lo que realmente significa VIVIR. Con mayúsculas.

Gracias a Música en Vena paso varias horas al mes en espacios donde personas de todas las edades le dan la cara a esta enfermedad. Duramente.
Desafortunadamente también, tengo varios amigos viviendo esta experiencia y no tienen ni idea de lo que significa para mí tenerles tan cerca. 
Nunca antes nada ni nadie me ha enseñado tanto sobre la vida y sobre la lucha. 
Nunca antes nada ni nadie me ha dado una lección sobre cómo afrontar lo que tenga que venir cuidando al mismo tiempo a los que te rodean.
Nunca antes nada ni nadie me ha regalado tanta fortaleza y tanta valentía de la que pienso contagiarme si llega mi turno.
Muchas gracias. 


Va por vosotras, chicas. Gracias por el regalo de ayer.


martes, 5 de abril de 2016

Un manto protector

Pienso que ella lo sabe. Sabe que el musgo es una especie protegida. Porque escasea y es muy especial. Protege, mima, nutre, hidrata. Es un manto que cubre y preserva lo que toca. Es dulce. Suave. Refrescante. ¿Lo sabías, Mar?

Así es Musgo.

Con su maravillosa arpa, su sombrero cuajado de flores, sus ojos intensos y alegres, la gracia de Cádiz y el amor por lo que hace ha llegado a la unidad de oncología y ha explicado su arpa. Y en su forma de presentarla nos ha contagiado su amor.
Pulsa las cuerdas y es como una brisa que refresca y acaricia.

Su voz ,que tenía hoy constipada, cabalga sobre sus dedos y volamos con ella.Musgo, Mar, reparte su cariño por los boxes de la sala de día. Una hora larga jugando al escondite con el malestar, el desánimo, la dura lucha que hoy algunas personas estaban enfrentando.
Suavemente va deslizando su arpa, velando el dolor. Encontramos ese consuelo en la sonrisa de algunos pacientes y en sus aplausos al finalizar cada pieza. 
También en la gratitud de algunas enfermeras que equilibra con creces el mar humor que nos estalla de golpe en una esquina.Un mal día lo tiene cualquiera y en esas salas no están, a veces, de humor. 
Podremos ir muchas veces al mismo sitio y nunca nos acostumbraremos.
Siempre el mismo sitio y siempre distinto. 
Nunca nos acostumbraremos a ver el sufrimiento y nunca  saciaremos la necesidad de aliviarlo.





                                                                                                                                                                                                         Musgo, con gran generosidad, desnuda su ukelele

y se despide de todos con esas otras cuerdas más ingenuas y rítmicas. Se mueve por la sala diciendo adiós con esa música linda y serena que suena como un broche de lentejuelas.





Musgo se va queriendo volver. Se lleva la piel erizada y el corazón afligido y contento. Pleno de emociones y de ganas de más. 
Y volverá a otras salas donde su manto rocíe con ganas de disfrutar y alegría a todas las personas que tanto lo necesitan.

Gracias Mar, te esperamos pronto.



Hoy no sólo los pacientes necesitaban ese manto. Una de nosotras se desmadejaba en recuerdos de esos que se imprimen en el alma y cuesta respirar. Volver a donde nunca quisiste estar y estuviste puede resultar insoportable aunque todo quedara en un monumental susto. Y ahí estaba una de nosotras tragando ese maltrago a bocanadas. Lo prioritario ha sido salir a flote con ella sonriendo. Y lo ha conseguido.Como una campeona. Sólo quedaba que la música de Musgo la reconfortara de ese viaje a las tinieblas que ha vuelto a sentir en el alma.


(Va por ti  que no estás aquí)